La Verdadera Fuente de la Maldad

Para poder aprovechar de la salvación ofrecida por Dios en la Biblia es esencial reconocer el problema que tiene el ser humano, que es el pecado.

Una enseñanza muy clara en toda la Biblia es que pecamos porque seguimos los deseos de nuestro "corazón malvado". No podemos echar la culpa por ningún otro lado.

Santiago 1:14 dice "cada uno es tentado, cuando de su PROPIA concupicencia (malos deseos) es atraído y seducido."

Jesús mismo dice en Mateo 15:18-20: "Pero lo que sale de la boca, del CORAZON sale, y esto contamina al hombre. Porque del CORAZON salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios.....estas cosas son las que contaminan al hombre."

Lo que nos engaña es nuestro propio corazón, como dice Jeremías 17:9 "Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso..."

Jeremías 16:12 dice, "porque he aquí vosotros camináis cada uno tras la imaginación de su MALVADO CORAZON, no oyéndome a mí."

Desde del principio Dios ha dejado muy claro que el problema de la humanidad es su propio corazón. Gen. 6:5 dice, "...todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal." Y siguió en Gen. 8:21 diciendo, "...porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud."

No es posible participar en la salvación que Dios nos ofrece por medio de Jesús si no reconocemos nuestra responsibilidad personal por nuestros pecados. El arrepentimiento requiere que "reconozemos nuestra maldad" (Jer. 3:13) y "lavamos nuestros corazones de maldad" (Jer.4:14).

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